Es
difícil ser mujer
tan
vestida de silencio,
siendo
de la vida esclava,
no
haciendo a la suya aprecio.
Aquel
tiempo ya pasó,
ser
del hombre su trofeo,
como
puta mantenida,
como
princesa de cuento,
porque
en su reino, el amor,
no
cobija amos ni siervos,
no
se admite la violencia,
ni
a personas como objeto.
Levanta
el ánimo, mujer,
que
no te pisen el cielo,
no
te escondas entre gritos,
ni
porque brille el acero,
que
el cobarde se hace fuerte
sobre
las sombras del miedo.
Puede
ser lo más hermoso,
pero
si fuese un infierno,
no
llegues a los confines
más
inhumanos del tiempo,
abraza
fuerte a la vida,
así
la muerte es un hecho,
que
no levanten la mano,
que
no te toquen ni un pelo,
que
los golpes solo vuelven
si
has consentido el primero.
Quién
te humilla no te quiere,
y
el amor tan solo es eso:
un
paraíso de dos,
con
un cimiento: el respeto.
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