Como
si de pronto mi fiel memoria
me
dejase contemplar la juventud
de
nuestra dicha, como si nada quedase ya
que
merezca nuestra alma, nuestro silencio
busca,
además, cobijo en las cosas que se fueron.
Porque
la noche significa en otros versos,
escribo
desde la plácida tarde de un día
futuro.
Felices transitan por las aceras
de
la calle vacía palabras de entonces.
Se
acercan despacio y mis ojos acarician
todo
lo que quisimos decir, su luz del alba.
Junto
a mí se detienen
en
lo que hoy más nos importa,
éste
después tan verdadero.
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