Curro Fernández vive al revés desde
ésta mañana.
Ya lo intentó una vez. Un día, de
pequeño, hizo el pino y se sintió tan a gusto que no quería darse
la vuelta. A sus padres les hizo gracia para luego darles un ataque
al no poder lograr que entrara en razón. Corretearon tras él
durante horas intentando convencerle de que el cuerpo humano, la
sociedad, no estaban preparados