Persigue el secreto del
bosque
la causa del viento.
Triste es creer
sin un hilo a los ojos,
sin cosernos a la boca
retorcida,
sin aplastar a las manos
la piel desecha
y hundirnos a la brasa
de repente,
a la voz que asciende
y desaparece al hondo
infinito.
No ir con zapatos al mar,
gozar sin siquiera morirnos,
son otros después del
saber,
otro tiempo por el filo,
de madurar en los disfraces,
como soñar que lo he
vivido.
Bosque, piel, mar,
o chispas en la cuna,
las gotas que no llegan al
ovillo
de lo creado,
que de repente olvidamos
tan ebrios de nuestros
desiertos,
hecho añicos
el corazón ante los labios
...globos ya de la mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario