Yo
nunca me enfadaré contigo,
por
nada olvidaré tu nombre,
hazme
tierra, hazme abismo,
ni
aunque saques de mí lo peor a flote.
Aún
arde en mi oído no te necesito
y
el mundo aplasta hasta lo más noble,
pero
aún siendo ceniza soy el mismo,
de
mis labios no saldrá ningún reproche.
Yo
nunca me enfadaré contigo,
llames
a mi palabra falsa o torpe,
te
confundan mis hechos con lo dicho,
aunque
el más triste adiós se provoque,
se
pierda en el bosque lo vivido,
y
abandonado quede al frío y las noches.
Nunca,
nunca me enfadaré contigo,
aunque
mi te quiero vuelva a su cofre,
una
rosa roja se seque en un libro,
mi
tiempo no necesite relojes,
de
la soledad vuelva a ser amigo,
porque
tus besos nunca apagarán sus voces,
en
mi mente siempre estarán muy vivos,
y
entre tantos, uno u otro será horizonte.
Nunca,
nunca, nunca me enfadaré contigo,
oculto
el amor, a lo oscuro responde,
pero sin
ver tus ojos, ya veo su sino.
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