Rige
tu nombre
junto
al mío, a escondidas
del
aire. Nos aprieta
la
cintura la voz del tiempo.
Todo
abrazo, todo beso,
viene
de muy lejos por un instante,
si
el azar continúa caprichoso.
Sólo
falso en el encuentro,
no
en el beso que persevera.
Ni
como nube, lluvia,
tiene
poderes para ocultarnos,
y
en el espejo tiene
una
cierta edad lo desatado.
Resbala
así otra vez el acaso,
si
no confunde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario