Donde no hay
nada nada
se interrumpe.
Donde del todo todo
es apenas
palabra el viento
llega a imponer
su silbido.
La confianza
sin dos
es un yo quiero
que siempre
debate el
presente
con todo en
vilo. Lo dejado
es un mundo
bajo los pies,
y así morimos
sin ser esencia
en un mañana
que se me escapa.
Cae de repente
la noche iluminada.
Su desenlace
niega que respiramos
y nos aspira.
Tu estar harta sigue obseso,
y mi te querré
hasta que me muera.
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