Van
construyendo te quieros
todas
las manos del alma
en
el solar donde el mar
quiere
de sangre su casa.
Ya
cimentaron los nombres
los
corazones sin habla
hasta
el nivel de los ojos
desde
el fondo de la llama.
Pronto
paredes a besos
y
el forjado en la palabra
van
por encima del tiempo
para
embriagarnos las alas,
hollando
cielos arriba
lo
que “Nosotros” nos guarda.
Entre
pilares de luz
y
tras las verdes ventanas
remataremos
el techo
con
los brazos en la espada,
poco
a poco la cubierta
con
la boca en la garganta,
y
los remates de adentro
con
la carne enamorada.
Una
casa de la lluvia
para
vivir bajo el agua,
una
casa muy sencilla
para
volar al mañana.
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