Hoy
no le caben a mis ojos
tu
cielo, tu luna entera,
si
al mirarte me rebosa,
tan
desnuda, tu belleza.
Como
un tierno desamparo
tu
silencio me penetra
y
me abrazo hasta la muerte
a
los besos que nos tiemblan,
los
que esperan como estatuas
no
ser ecos del poeta
sino
sangre y mordedura,
ser
semilla de la tierra.
Hoy,
sentir no es suficiente
porque
la noche no es nuestra
y
el lenguaje que nos late
solo
frío es lo que engendra,
si
no saltamos el muro
ni
despeinamos la lengua,
ni
nos partimos los huesos,
ni
lucimos nuestras venas
sobre
nuestra desnudez
como
medallas de guerra.
Hoy,
en mis ojos no caben,
tu
cielo, tu luna inmensa,
y
la sed duele en mis labios,
y
en el hambre la ceguera.
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