Descubrí
verdades,
y
desde aquel día
entiendo
al alma.
Hilvanaron
los ojos,
a
las manos blancas,
la
sangre azul,
volviendo
a sueños laberinto
toda
confianza,
si
tú estabas en sus labios,
en
su principio viejo.
Entonces
tan
lejos, princesa.
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