juanitorisuelorente -

sábado, 31 de diciembre de 2016

LA NOCHE PROPIA

(Imagen de la red)
















Sin porvenir, el tiempo

vuelve a hablar

en el cuarto oscuro. Y cierra

los ojos. No se mueve la estupidez,

no cede la ausencia.

La vida vuelve a ser

del tamaño del día. En eso


se parece a lo que antes fue.

viernes, 30 de diciembre de 2016

RARITO, BLANDITO O BISEXUAL

(Imagen de la red)
























Maricón.
Hay que llamar a las cosas por su nombre.
Tomar un atajo sólo conlleva tener tiempo de aceptarlo.
Es así pero cuesta, más para alguien que ha presumido de haber tumbado a las mejores –eso dice él y yo tomo nota- . Un macho de bandera y ahora la bandera queda a media asta, como de luto; lo hecho hecho está, dicen por ahí, pero él dice que no, que lo hecho hay que matizarlo y definirlo en consecuencia.

¿Por qué no rarito que suena mejor, o tierno que tiene muchas más lecturas, o bisexual -a dos bandas- donde pueden darse muchas de cal y alguna de arena?”,

porque sólo ha sido alguna de arena, y tal vez para calmar esa curiosidad que a muchos embarga y ahoga la voluntad, pero no, no, le llaman maricón, maricón, así de burdo y claro y no le gusta. Y menos a Pili..., y ¡uf!, a su madre.

Le presento, se llama Luis, Fernández si viene al caso; y su amigo Oscar, marido de su prima. Diez, quince años conociéndole y era su prima Manoli y sus pechos promiscuos la/los que abanderaban su morbo y su ansia. Ella, sus pechazos sobre todo, le siguen gustando, no así su manera de hacer el amor, maquinal, como ausente, como quien te presta lo que tiene mientras echa una cabezadita o piensa en los avatares del día.
Siempre ha dicho que las mujeres (nuestras parejas) tienen mucha culpa de las bifurcaciones que exploramos, y son quienes firman la autoría de nuestro carácter, y es que nos convierten, en general, (él se cuenta, y Oscar, y muchos más que conoce) en fieles animales de compañía o depredadores sexuales, al gusto, antes de despegarnos de su lado con buenas maneras o a zapatillazos. Que salvado el éxtasis pre-boda vallan su espacio protegido, y nos construyen una garita en la puerta para montar guardia con el carrito de sus necesidades. 

Así nos convierten en pollas, en recaderos, en carteras repletas de billetes, en esponjas absorbe todo sin opción a la réplica, entre un sinfín de cosas. Dirán que son casos extremos, ya, que a ustedes eso no les ocurre, que a lo mejor a mí me ha tocado la china (o la breva), puede ser. Yo puedo decir que mi Pili es muy suya, que a mí me quiere para todo, para todo lo que ella quiere, salvo algún puntual regalo”.

Y forzosamente, dice, llega el despegue, que empieza… pues como empieza todo, no importándole que vaya fraguando poco a poco un trocito de vida al margen de ella, no lo niega, libertad gota a gota que le sabía a océano. Y así aparecieron las cañas en el bar de Jose los domingos por la tarde, y después los cubatas y el fútbol, y luego las partidas de cartas en La Gruta Negra, también el desplume, y las putas y sus enjuagues sistemáticos 

-“Se agarran a la faena como yo al trabajo los lunes-. 

Y aturdido de tanto mareo conoció a Oscar, como hombre porque como marido del putón –la llama-de su prima ya le conocía. Le conoció como hombre cuando vino a recriminarle que se acostara abiertamente con su mujer. Hay palabras que se entienden aunque se digan otras, miradas distintas en los piélagos de las miradas superficiales de rabia o asco; Luis supo ver todo eso y se estremeció. Aún hoy lo recuerda y se le pone dura: 

“Son esas cosas que no tienen explicación razonada, que te empujan como un ciclón a tu espalda, que ciegan y entierran nuestra escala de valores, que abre una puerta que nunca habíamos visto, ni siquiera pensado”. 

Luis, la verdad y de corazón, sólo había sentido curiosidad por esas vergas descomunales que salen en las revistas del gremio soñando con esa hermosa posibilidad para satisfacer e impresionar a las decenas de coños, alardea, que pueblan su agenda, para despertar de su hipnosis a esas mentes de espasmos rutinarios macizándoles sus huecos inertes con poderío.

“Es el sueño de cualquier macho algo cortito, no demasiado, dice mi Pili, aunque yo sé que no, que no llego a donde ella necesita, que no grita como me han dicho que gritan otras, pero es lo que hay, lo que tengo”. 

Hasta que le mandó a esparragar los domingos por la tarde había echado tierra a sus defectos y se conformaba con lo que le ofrecía (nada de lustre, bien mirado), y pensaba que ella hacía lo mismo con sus limitaciones, pero no, claro que no, era idiota y confiado. Ella necesitaba las tardes de los domingos para desmelenarse. Sabe de buena tinta que en las reuniones en casa con sus amigas le daban la vuelta a la tortilla con toda clase de artilugios mecánicos y con un miembro natural, el de un vecino viudo entrado en años y que se colaba de rondón. Así empezó la insidiosa a no poder pasar sin un polvo sonado a la semana con el primer guaperas que se le pusiera a tiro mientras Luis discernía entre tal o cual opción hasta que tropezó con Oscar. Un juego de domingo que asaltó a cuchillo al resto de la semana. No pudo evitarlo. Prefirió la verdad cruda a la mentira con aderezo. Nadie le había enseñado a amar a alguien de lunes a domingo por la mañana y a otra persona el domingo por la tarde, a abrir y cerrar los sentimientos con una compuerta. Ahora ama a ésta, ahora ama a éste. No sabe amar así y menos a una Pili compartida aunque ella le repite lo contrario. Con toda naturalidad le dice que esto es sólo un juego, un relax necesario, como dormir o comer. Luis está convencido que su Pili es un putón verbenero y no quiere ni pensarlo. Y se irrita. Y vuelve a pensar en Oscar: 

“¿por qué, dirán?, ¿por qué no con una mujer?, no sé, me gustan, me he acostado con muchas y lo seguiría haciendo, sólo que con Oscar es otra cosa. Él es, como yo, un perro apaleado, un almacén de cariño con las puertas tapiadas, un toro rabioso con los cuernos romos”.

Y ocurrió.
Se cornearon mutuamente, se abrazaron y besaron como si les fuese la vida en ello. 

“Me penetró, le penetré como si nos claváramos un puñal que nos destrozara las tripas”.

Y al rato, desnudos boca arriba sobre la cama fue cuando empezaron a hablar y a conocerse, a buscar sus manos y apretarlas con ternura. ¡Un hombre!, recuerda que suspiró, ¡le había penetrado un hombre!, ¡había penetrado a un hombre!, y se sentía feliz, y no le importaba nada. El concepto hombre o mujer pasó a un segundo plano, atascada la lógica establecida y a todas luces razonable. No es que pensara que algo se había roto, que algo hubiera muerto y a la vez nacido porque no tenía por qué ser radical. 

“Ya he dicho que me excita una mujer si llega el caso, no soy un monstruo, ocurrió y no me arrepiento. Volvimos a hacerlo, lo hacemos, seguiremos haciéndolo. Nos queremos, es lógico”.

Pero ahora tiene que enfrentarme a ser un maricón y eso es muy fuerte, enfrentarse a su Pili, bien como recatada esposa o como puta de domingo, enfrentarse a su madre, cincuentona, viuda, una joya de madre, entregada a la liturgia y a los rezos toda la semana salvo los ratos que come o duerme.

Menudo cuadro para enmarcarlo”. 

Y eso no es todo porque la palabra maricón con el viento a favor es como fuego en un pastizal. Ha llegado a oídos de su jefe, un devoto entusiasta, y apelando a la crisis le ha echado a la calle de una patada en el culo. De nada hubiera servido decirle las veces que se ha acostado con su mujer, y con su hija, que esto hasta beneficia a su cornamenta en cierto modo, pero no, no, ha preferido callarse. Y en casa su Pili le ha montado el pollo. 

“No es lo natural, Luisín, no, no y no. Están los cánones, la ética… -balbuceaba de modo capcioso- ¿cómo voy a tocarte ni un pelo así? ¡es que me da algo que yo qué sé…!”


¿Así cómo?, le preguntó, se preguntó, Luis, pasmado”. 

Tuvo que irse. 

“Sólo por un tiempo, tonto, le dijo la Pili frotándose las manos”. 

 Su madre no le abrió la puerta. Un Padre Nuestro y un Ave María tras otro la escuchó murmurar con el ojo clavado en la mirilla. 

“¿Dónde está la tolerancia? ¡mucha teoría, eso sí! ¡qué asco de mundo! – berreó durante un buen rato”. 

Mundo que empezaba a cerrarle puertas y más puertas en las narices. Entonces se paró a pensar. Y no tardó en suspirar, y atraer a Oscar. Su imagen llenó el vacío que sentía, pero no todo ya que pululaba con total libertad el absurdo de la situación creada. ¿Y ahora qué hacer? Buena pregunta, se pregunta. Porque Oscar le ha dicho que lo de dejar a su mujer ni de coña. Lógico, ya que ella es la única que trabaja y desea seguir dejando lo de doblar la raspa para sus encuentros esporádicos. 

“Así no cansa, Luis, además que lo tuyo sólo es una raya en el agua, que soy muy macho, como tú”. 

El como tú le retumba en la cabeza y rechina.

“Cómo tú, cómo tú, macho sí, pero sólo a medias, o sea maricón, grita en mitad de la calle asegurándose antes de que no hay nadie”.

No puede creer que esto le esté pasando a él. Hace nada tenía un buen trabajo, una recatada esposa, una prima liberal, no tiene hijos, 

“ni ostias, sentencia”,

aunque esté sin un duro, al menos eso es lo que su Pili le recalcaba de vez en cuando. En fin yo ya me callo. Dejo a Luis cavilando desde su indigencia laboral y conyugal, y casi sexual, al tiempo que busca una caja grande de cartón donde pasar la noche. 

“¿Maricón, y por que no rarito, blandito o bisexual?”

(2011)

miércoles, 28 de diciembre de 2016

UNA DÉCIMA DE MÁS

(Imagen de la red)

















Con un purillo en la boca

y la mirada de paja,

trabaja porque trabaja

el fin de la vida loca.

Ahora es lo que le toca,

caminar sobre el alambre,

que el alcohol no halle el hambre,

olvidar ya sus errores,

que dejen en paz sus flores


todo el grueso del enjambre.

domingo, 25 de diciembre de 2016

BAILÉN, CIUDAD SIN LEY



















Esta era una ciudad sin ley,

cada cual a su bolsillo,

había pan a la mano,

una tierra de oro fino,

era la ley del más fuerte

y del pobre a su cobijo,

solo el presente a la cima,

construir para uno mismo,

la vida de vino y rosas

que al tiempo fraguó su sino.

Nubes de polvo a lo lejos

y seguía su absentismo,

eran jinetes de muerte

a arrasar hasta lo nimio.

Y no tuvieron piedad,

desde el más pobre al más rico,

los hundieron en el barro

a sentir como castigo

en sus cuerpos tanta ruina

como exceso ya vivido.

Las nuevas generaciones,

con otro pensar distinto,

hacen poco, lo que pueden,

de la nada hacen bolillos,

un cultural pataleo

que nunca traerá quién fuimos.

Esta era una cuidad sin ley,

y dueña de su destino,

hoy es un lugar sin nombre,

un lugar sin rumbo fijo.



AGOSTOS

(Imagen de la red)















Bate mi frío

en el mar de tus brazos

olas de agosto,


instantes de una playa.

viernes, 23 de diciembre de 2016

DETALLE

(Imagen de la red)
























La esperanza tiene lacito rosa

y espera como regalo. Envuelta

lleva la sorpresa de todo amanecer

sin un ayer para la duda.

Puede ser muy útil al corazón

que se busca

en los años que se pierden.

Tal vez sea recurso para la sangre,

para la palabra amor sin acento

y escrita con hache. Es un paquete

pequeño, como una vida de dos.

Pequeño como el infinito,

el universo, lo eterno,

nada ante este detalle


a lo más grande que nos pasa.

DONDE LLUEVE

(Imagen de la red)
















Humea

en el amanecer de los desiertos,

sobre el mundo, en esta soledad,

donde el tiempo remansa

en sus esquinas fugaces lo difuso

contra el azul del corazón cansado

de tanto desamor.

Yo tuve

sol, mar, donde laten las sombras,

el silencio profundo

donde el corazón reposa,

esa vida que iba cantando a la muerte,

dulce, de canciones solitarias,

y ahora,

al borde de la ternura, donde acaba todo

el la noche más extraña,

navega hacia el fondo mí

tu voz dorada, tu luz sobre lo verde,

la eterna y mágica grandeza de la lluvia.


Y empieza la vida.

jueves, 22 de diciembre de 2016

DEL PERDÓN

(Imagen de la red)
















No me vas a perdonar,

y me escondo entre mis alas.

El tiempo que no vuelve, y

hacerlo todo como siempre

acunan el fracaso. No

me vas a perdonar

y añadir Ya es demasiado

abre otra brecha

donde el corazón se hunde, y no hay

espacio para ser

si el cielo se derrama.

Las palabras solo dicen, ahora

más que nunca a solas. Sentir

huye al alma, mata al aire,

cuando bate en mi oído

tu no te lo perdonaré nunca.


La sed arde en los rostros de mi sangre.

martes, 20 de diciembre de 2016

HASTA QUE AMANEZCA (Reflexiones en tu ausencia)

(Imagen de la red)


















(14)
Y otra vez
sigo el ruido de tus pasos
por las calles solitarias. Sé que llueve
donde permanece intacta la certidumbre,
así que noto lo que dice su murmullo
en otra muestra de presente soledad.
Tú eres para mí un largo viaje
a un mundo por nacer, tierra de dispuesta
inocencia, un luego de la vida generosa.
Por ti tiembla la espera que duerme sin alas,
canto al tiempo venidero, por ti transcurre
vivir hacia el mar, hacia las olas
que reclaman los latidos. Irrumpe
mi voz por la interminable ternura
que rociaba cada verte, y bajo la sombra
de su fruto, regalo otro poema
al recuerdo de tus labios.

sábado, 17 de diciembre de 2016

INTERLUDIO

(Imagen de la red)






















Cuando al sol lo cubre

la sombra incesante de la nada,

crepitan las calles del ayer,

se hunden,

y a mis pies queda en la tierra

el presente

como una isla solitaria,


transido de sí.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

ENCUENTROS CON LA LUNA

(Imagen de la red)


















El pájaro errante

que la noche levanta

libera lo azul

de una mar incompleta,

la sensación de fuego

por el brillo implacable

de un cálido abandono,

los rincones más húmedos

que, tan descalzo,


te pienso.

lunes, 12 de diciembre de 2016

HILANDO ORILLAS

(Imagen de la red)

















Lleva el río

un halo de pobreza.

Hondamente respirable

bajo el agua,

por tu flor de pez,

tu ciudad sumergida,

tu distancia


del resto del mundo.

sábado, 10 de diciembre de 2016

PRISMA

(Imagen de la red)



















No lo que soy,

con el muro de la mano,


sino el como soy,

que a cada trazo resucita,

ciego sueña hasta sangrar la luz,


o sea, niño.

jueves, 8 de diciembre de 2016

ISLAS

(Imagen de la red)
















Como instantes a diario que se esfuman,
para eso van quedando nuestros versos,
resplandecientes pero, tan dispersos,
que no avanza su luz aunque presuman.

Ni siquiera el poema de una cita,
un café en la espiral de la distancia,
nueva luna en el seno de la infancia,
va más allá del fuego que lo habita.

Un diamante en el tiempo ya desnudo
-en desbandada azules de los ojos,
el hondo respirar de nuestras manos-,

es pronto un cielo en blanco y negro, mudo,
un acariciar trigo entre rastrojos,
que a los besos les crezcan los enanos.

domingo, 4 de diciembre de 2016

OTRA NAVIDAD (Romance)

(Imagen de la red)
















Por los fríos de diciembre
bullen días de verano,
de poner al sol el alma,
desnudando nuestros lazos.
Son las playas de la vida,
los momentos de descanso,
de hablar con el corazón
y nadar en los remansos.
Obliga lo material
a tirar solos del carro,
a olvidarnos de la esencia
y ser negro sobre blanco.
Hay que seguir en el tren
a un destino en lo más alto,
a la nada que van todos,
construyendo sobre el fango.
Las victorias son de tierra
y de sangre los fracasos,
enterramos de riqueza
la pobreza de lo humano.
Como dioses de uno mismo
de ese Olimpo se es vasallo,
los míseros servidores
del tesoro más amargo.
Y entre olvidos este tiempo
con vitola de milagro,
donde la familia reina,
de la que hay que ser esclavo.
En el albor del invierno
la navidad cierra el año,
es la fiesta que más une
o se sufre lo lejano.
Nunca tan firmes de acuerdo
religiosos y no tanto,
de culto al hijo del hombre,
de culto al tinto y al plato.
Fiesta donde no hay excusa
ni motivos de trabajo,
de no hundirse en las raíces
desde el niño al más anciano.
¡Bajo cielos de colores
villancicos navegando
por el mar de la memoria
con el niño entre los brazos!
Alrededor de la mesa
vuelven futuro y pasado
a evocar todo el presente
del amor, tan necesario.
Son más duras las ausencias,
esa cruz con pies de barro,
que se cae por momentos
en los ojos del más flaco.
Conjugar la nochebuena,
el olvido trago a trago,
es la noche adolescente,
solo importa donde estamos.
¡Presidiendo el nacimiento,
en un rinconcito el árbol,
la vela roja en la mesa,
las guirnaldas decorando!
A la vuelta de la esquina
queda el año abandonado,
tan ebrio de multitudes
de nadie, pronto, ni rastro.
Pasadas las campanadas
el nuevo con copa en alto,
ya reina en las ilusiones,
llega como agua de mayo.
Dejamos que corra el aire,
a éste damos un salto
y se acabaron los males,
la ruina y los malos ratos,
repitiendo las canciones,
todo por los mismos pasos,
exigiéndole a la nada
hasta el último milagro.
Y entre suspiros tan hondos
todos los niños soñando,
se asoman a los balcones
y suben a los tejados,
tienen la mirada lejos,
y ante cualquier ruido extraño,
saltan sus corazoncitos,
abren un mundo sus manos.
Es la fiesta del amor,
de echarle tierra a lo agrio,
es la fiesta de los niños,
del exceso y lo sagrado.
La fiesta de la familia,
riendo o llorándola tanto,
muchas con el alma rota
y muchas de guante blanco.
Vivamos la navidad
y cada uno en su peldaño,
no subamos a la luna
y que ella soporte el gasto,
que pasada la resaca
el que puede sigue intacto,
y en el bolsillo del pobre
más fracaso es el fracaso.
Lo que importa es estar juntos
en lo bueno y en lo malo,
por los pétalos de rosa
o sangrando por el tallo.
¡Que viva la navidad,
que se abrace todo hermano,
barra de la tierra el odio,

haga de su capa un sayo!