Para
que arda un bosque entero
basta
olvidar la llama. Dejar
una
puerta mal cerrada, y todo comienza.
Quedarse
dormido, y despertar
en
la nana de otra madre. Para
que
arda la espera basta olvidar el tiempo.
Frenar
a la que bulle y vuela
entre
los huesos. Flotar
por
todos los colores encendidos.
Para
que arda un beso basta
olvidar
tu cuerpo. Descorrer
la
cortina de tus labios, y su ocaso.
Beber
futuros por sus calles vacías,
que
nadie transita.
Bonita y tierna nana, amigo y profundo poema. Me ha gustado mucho. Abrazos.
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