(Imagen de la red)
Incluso lo mas
normal
se contradice
en lo que tiene
de extraordinario.
Lo simple, lo
que no merece
ni nombrarse,
antesala siempre,
bulle en nuestro
pensamiento infeliz.
¡Ah, rutina de
los sueños, principios
de amores con
tantas dosis de eternidad!
¡Y tanta vida
sobre la lágrima, tanto
tanto secreto
del corazón, tanta tanta
luz sobre el
alambre!
Al lado nocturno
de la primavera
las campanas
tocan en silencio,
y tú, aún con
tu pertinaz ausencia,
lates por la
senda de mi destino.
Por nuestro
juego de sombras pasa
el acaso mar
adentro.
Vivimos como
pájaros solitarios,
en las olas se
mecen nuestros miedos.
Pero en él
oscurece,
y el amor de
nuevo nos acerca.
Nuestro paisaje
vuelve a ser el infinito.