Estamos aquí desamparados.
Tal vez junto al río
de otro tiempo,
en cualquier sitio
del viejo camino,
al calor de una noche,
de aquella noche ya olvidada.
El tiempo se nos escapa…
Ni siquiera recuerdo
tu sonrisa.
Aquella sonrisa
tan tuya.
Ahora todo es
demasiado conciso,
todo está demasiado claro.
¿Qué sentido tiene fingir?
Me humilla comprobar como tiemblan
mis manos. Tu mirada
lenta
y huidiza.
Miro a tu alrededor
la belleza innata de las cosas.
Qué lástima si nada de lo que nos importa
permanece.