Muchas dudas nos embargan. Motivos tenemos, ya no se fía uno de nadie. Me encanta esa foto, Juan Risueño. Las llamas y el color fuego. La novia de mi hijo se fue también a recoger la aceituna de su padre, en Santisteban del Puerto.Un abrazo.
Ya sabemos que vivimos una gran mentira, Antonio, y que hemos de creérnosla ya que la verdad quizá sea imposible -por increíble- de aceptar, aunque inquietos nos la sigamos preguntando.
Muchas dudas nos embargan. Motivos tenemos, ya no se fía uno de nadie. Me encanta esa foto, Juan Risueño. Las llamas y el color fuego. La novia de mi hijo se fue también a recoger la aceituna de su padre, en Santisteban del Puerto.Un abrazo.
ResponderEliminarLas mentiras, siempre son mentiras...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Por aquí es lo nuestro, Juan. La mayoría, al fallarles el trabajo, han regresado al campo. Así parte del invierno se sobrelleva.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya sabemos que vivimos una gran mentira, Antonio, y que hemos de creérnosla ya que la verdad quizá sea imposible -por increíble- de aceptar, aunque inquietos nos la sigamos preguntando.
ResponderEliminarUn abrazo