juanitorisuelorente -

domingo, 24 de febrero de 2019

DESCASTADOS, APÁTRIDAS

(Imagen de la red)
















El que no ama a sus raíces
tiene un problema en los genes,
luce el alma sin bandera
o tiene la sangre verde.
Esa clase de personas
nadan bien, como los peces,
son ciudadanos del agua,
da igual el mar o la fuente,
porque ellos son de la nada
y en la nada nada sienten.
El peor de sus fracasos
en el corazón se mueve
con absurda indiferencia
o con odio de la muerte,
y la sana sensación
de quién hace lo que debe,
si la culpa es de la tierra,
la familia, o de quién tercie.
Son los hijos de una raza
que domina otros niveles
de lealtad o de cariño,
como estar estando ausentes,
o sintiendo a la manera
de sentir cuando conviene.

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