Aparto el agua
porque el fuego que no arde
está en el pasado.
Un hecho contra la voluntad
crea otro rostro que golpea
contra todo después. Y
convertir a lo que nace
deshecho
en consecuente
puede ser tarea del resto
de la vida, o fuego
de muerte lenta. A promesas
le crecen piedras, ajenas
pesan.
Pero para el mar nada es
inútil.
Entre el oleaje y la sombra
azotará lo desierto
seguramente, el tallo,
pero ¿y la rosa?
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