Entornada la puerta, dos colores
separan espacios, y sed de amores.
Cuando uno se encoge el otro se estira,
cuando uno padece el otro respira,
así no ennegrece el tiempo que expira,
si azul se eleva la mar que suspira.
Yo estaba corriendo en plena llanura,
algún horizonte vio mi locura.
Ahora a mis pies ya miro las flores,
y en silencio al cielo que gira y gira,
y a nuevos placeres, pasión futura.
preciosa entrada amigo mio gracias por compartirla
ResponderEliminarsaludos
Gracias a ti por visitarme, Goge. Un abrazo
EliminarNo sé si me equivoco, pero algo tiene que ver la entrada del otoño con tus letras.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos.
Gracias Maica, todas las estaciones nos influyen, ya cada vez escribimos menos poemas sobre el verano jeje. Un abrazo
ResponderEliminarLos colores de la vida, siempre alfombran el camino por donde vamos.
ResponderEliminarBonitas letras, Juanito!
Abrazos de alitas.
Nunca el negro, el mío el azul, colores vivos. Un abrazo Diana
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