Y subimos,
subimos juntos hasta lo alto.
Y seguramente
no te conozco.
Siempre demasiado cerca
del lugar donde debemos separarnos.
A ratos viviéndote
intensamente,
tu mirada,
y luego día a día,
gota a gota,
tu recuerdo.
Ambos y la necesidad
de escapar.
De huir juntos y a solas
sin darnos cuenta.
Y siempre
sólo sé quién eres
donde te he visto
cada vez,
allí donde todo sigue su camino
incluso cuando lo abandonamos.
Donde solo las sombras de nuestra
vida
cobijan los segundos más tenues.
Si tiritan de frío.
Si no expresan nada.
Si osan preguntarse.
Pero por si evoco a otra
enciende la luz.
Que pueda ver todo
como lo dices.
Bellos versos.
ResponderEliminarVida vivida y recitada.
Un abrazo Juan
Sensaciones más bien, Marian, la insatisfacción como acicate.
EliminarUn abrazo
Juan.." Concupiscencia "
ResponderEliminarSensualidad en tus palabras, amor que se aleja y se acerca,
siguiendo juntos los pasos del destino.
un beso desde Argentina
Hola Doris. La paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. El descontento compulsivo. Una pena de hombre. Un abrazo
EliminarLa penúltima estrofa tiene mucha fuerza y me ha gustado mucho. El cierre es muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarLa búsqueda de no se sabe qué. Y el regreso a lo que no se quiere saber. Gracias Marcos. Un abrazo
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