Y subimos,
subimos juntos hasta lo alto.
Y seguramente
no te conozco.
Siempre demasiado cerca
del lugar donde debemos separarnos.
A ratos viviéndote
intensamente,
tu mirada,
y luego día a día,
gota a gota,
tu recuerdo.
Ambos y la necesidad
de escapar.
De huir juntos y a solas
sin darnos cuenta.
Y siempre
sólo sé quién eres
donde te he visto
cada vez,
allí donde todo sigue su camino
incluso cuando lo abandonamos.
Donde solo las sombras de nuestra
vida
cobijan los segundos más tenues.
Si tiritan de frío.
Si no expresan nada.
Si osan preguntarse.
Pero por si evoco a otra
enciende la luz.
Que pueda ver todo
como lo dices.