No se asoman mis ojos a mirarte
para no arrojarte preguntas a la vista,
no revelan que eres más que instante,
máscara que solo cubre con la nada,
¿Pero qué silencio hace ruido, qué engendra
por la espalda el corazón?
Lo sabemos. Nada mira todo entre murmullos.
Así somos fugitivos de los rostros,
cuerpos a correr por la llanura, y de pronto
humedad en la duna que se rinde.
Un destello, una urgencia que hace carne
que devora.
Que dejen de hablar a mis espaldas.... Dijo una cotilla.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Son algo trágicos estos versos,pero muy elocuentes respecto a las habladurias.
ResponderEliminarUn besito.
Brillante Juan, contundente y directo, perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantó lo de fugitivos de los rostros, comos puede huir con el pensamiento de otro.
ResponderEliminarToda cotilla que se precie ha de sufrir por lo que de ella no le cuentan.
ResponderEliminarPero tendréis que perdonarme si te/os digo que el poema va en otra dirección, que os desvelo: Dos personas que se atraen y que huyen a veces en vano de mirarse.
Saludos Antonio, feliz semana
Habladurías de ojos que se preguntan qué se busca de la nada. Lo trágico tiene a veces pinceladas de absurdo.
ResponderEliminarFeliz semana Marinel
Contundente quizá pero indirecto, Elena.
ResponderEliminarUn abrazo
Huimos con todo lo que recoge un instante, pero no solemos ir muy lejos. De nuevo un parpadeo, un nuevo aleteo de mariposa, una nueva urgencia.
ResponderEliminarBuena semana Jose Francisco
Todos tenemos algo de fugitivos en este mundo de letras y silencios.
ResponderEliminarEstupendos versos poeta!
Un cálido abrazo alado,
Diana
Pero no haya que huir hacia atrás, Diana. Lo bueno o lo malo también está delante.
ResponderEliminarUn abrazo alado?, que me tendrás que explicar
El cotilleo es, para mi, algo lamentable. Las cosas hay que decirlas a la cara, no por lo bajo.
ResponderEliminarUn abrazo Juan !
Me rindo.
ResponderEliminarUn abrazo Luis
Si alado, porque tengo alas de mariposa en vez de brazos.
ResponderEliminarSaludos!