Aferrada
al pasado
eres pasado.
Vives
la muerte
y
la muerte no quiere vida,
te
abrazas a su memoria
y ella a ti cadáver.
Es
tu entorno
de
vivos muertos
porque
tú te sientes muerta en ellos.
Quienes
bien te quieren te ofrecen con ardor su mano
y tú les das un montón de
huesos.
No
solo te haces la muerta
sino
que muerta los vives a ellos.
La
vida es un ciclo
y hay que aceptar el
testigo.
Un
día morirás de verdad
¿para qué tanta muerte prematura?
Aferrada
a su recuerdo
reniegas de tu recuerdo,
tu
mal ejemplo no hace así de madre.